Así Podés Liberar tu Enojo Después de una Discusión
(la técnica que ayudó a Lincoln a bajar diez cambios)
Tiempo de Lectura: 13 Minutos
¿Así que te quedaste con cosas por decir?
Quizás saliste de una discusión sintiendo que no explicaste bien tu punto de vista. O quizás preferiste callar para no herir a la otra persona.
O peor aún, volviste a casa y se te ocurrieron todas esas ingeniosas respuestas que no dijiste 🤦
Entonces, esta versión nocturna del Newsletter es para vos.
“Tendría que haberle dicho eso.”
Hoy quiero hablarte de una técnica que descubrí accidentalmente y que me ha permitido liberarme de remordimientos y arrepentimientos un centenar de veces:
Las Cartas Calientes 📨🔥
Esta técnica puede ayudarte a sacar rápidamente todo el malestar que una discusión te generó y, mejor aún,
a aprender más sobre vos.
(no hablo de este tipo de cartas)
Antes de compartirte el método para escribir una Carta Caliente, voy a contarte:
- Cómo una pelea adolescente por un disco de Babasónicos me llevó a descubrir esta técnica.
- ¿De dónde surgen las Cartas Calientes, y qué tiene que ver Abraham Lincoln con todo esto?
- Los beneficios que podés obtener con esta técnica en tan solo 5 minutos.
- Cómo podés implementarla hoy mismo, con un cuaderno o desde tu teléfono.
A por ello!
La Pelea de un Disco de Rock

Cuando tenía 12 años, acompañé a mi padre al cumpleaños de un viejo amigo suyo. Allí conocí a su hijo, quien tenía mi misma edad y a quien llamaremos T.
Con T. pegamos buena onda al toque; nos gustaba la misma música y las mismas series de televisión.
Quedamos en juntarnos al día siguiente. Me dijo que me prestaría un CD que nadie más tenía:
Trance Zomba de Babasónicos.

Ese día fui a su casa, ansioso de escuchar ese mítico disco, y al llegar me atendió E, un amigo de T. con quien también pegamos onda instantáneamente.
Los tres salimos a dar vueltas por el centro, planazo de sábado: jugamos fichines, tomamos helado, charlamos, caminamos.
E. era un buena onda, y nos hicimos amigos muy rápidamente.
Creo que esto no le cayó muy bien a T., quien comenzó a buscar discusiones absurdas…
hasta que encontró una.
T. y yo nos enfrascamos en una pelea, hasta que en un momento amenacé con irme a mi casa (una amenaza muy típica a los 12).
T. respondió con soberbia:
— Si te vas, nunca te voy a prestar Trance Zomba.
Aún recuerdo esas palabras; fueron muy tajantes. Hablaba en serio.
Y sí, yo tenía muchas ganas de escuchar ese disco, pero mi orgullo juvenil pudo más:
me di una solemne vuelta de 180° y me fui caminando sin decir una palabra.
Yo yéndome sin el disco prometido.
Aunque estaba algo lejos de mi casa, el camino se hizo corto.
Caminé apurado, mirando el piso, balbuceando insultos, conteniendo la furia (metete el Trance Zomba en el…).
Llegué a mi casa, y la bronca y el resentimiento se hicieron aún más fuertes.
Necesitaba sacarlo.
Miré el teléfono fijo y pensé en llamar a T. para regalarle un formidable insulto. Pero luego vi el pequeño block de notas que siempre estaba al lado del teléfono. Pensé que sería mejor escribir todo lo que quería decirle antes de llamarlo.
“Estimado T…”
Así que tomé la lapicera y empecé a escribir el mensaje que luego dictaríapor teléfono. Empezaba algo así:
“Hola T… quería decirte que hoy me pareciste un 💩 y también quiero decirte que sos un… y un… y también un…”
Y así empecé a escribir sin parar.
A medida que escribía, ¡me enojaba más!
Era como si la ira fluyera a través de la tinta, como fluye la lava de un volcán en erupción 🌋
Yo seguía escribiendo.
Cuando sentí que no había más nada que decir insultar, firmé la última hoja con mi nombre y le puse fecha.
La observé. Respiré. Ya no estaba tan enojado.
Miré la carta que estaba estallada en tinta, con expresión iracunda y desprolija.
Algo así, pero en español.
Luego, sin saber bien por qué, me dirigí hasta la estufa a leña y arrojé la carta al fuego.
Me quedé viéndola arder.
Para cuando la carta se redujo a cenizas, mi enojo se había disipado.
(aunque T. me seguía pareciendo un 💩)
Tiempo después volvimos a juntarnos e hicimos las paces. Y, aunque cumplió su palabra y nunca me prestó Trance Zomba (y tampoco no fue la última discusión que tuvimos en torno a un disco), al día de hoy T. y yo seguimos siendo grandes amigos.
Creo que eso no hubiese sido posible sin esa carta al fuego 🔥
El problema de quedarse callado

Desde chicos, nos enseñaron a no contestarle a los adultos.
Si nos retaban, había que morderse las palabras, calmar los impulsos y, muchas veces, ocultar los sentimientos que el mismo reto generaba.
Pero esta forma en la que aprendimos a ‘gestionar’ emociones
no es la más favorable, porque en lugar de permitirlas ser,
las estamos reprimiendo.
Las emociones reprimidas no desaparecen, sino que se acumulan en el inconsciente y se manifiestan de maneras que afectan a nuestra salud física y emocional.
Dr. David Hawkins
Guardar emociones es como barrer debajo de la alfombra; no estás limpiando, aunque parezca que sí 🧹
Con las emociones pasan lo mismo:
Permitir que una emoción sea (dentro de nuestra analogía de limpieza hogareña) sería como barrer, poner esa basura en una bolsa y sacarla a la calle para que se la lleve el camión.
Y nunca más saber de ella 🗑️
Las Cartas Calientes son la aspiradora sacude alfombras de esta analogía.
Acá, limpiando emociones residuales ✨
Somos como ollas a presión listas para liberar vapor.
Por eso es que muchas veces preferimos callar: sabemos que si sacamos algo, todo puede explotar 💥
Entonces reprimimos la emoción.
Esto sigue aumentando la presión que las mismas emociones generan, y cada vez hay que sujetar con más fuerza la tapa de esa olla.
Esto requiere un desgaste de energía vital importante y, sin una válvula de liberación, la creciente presión terminará por manifestarse en el cuerpo y en la mente.
En el “mejor” de los casos, podrías experimentar:
- Irritabilidad 😒
- Cambios de humor 😖
- Tensiones musculares 😬
- Dolores de espalda 😮💨
- Calambres 😵💫
- Indigestión 🤢
- Alergias 🤧
- y otras condiciones somáticas 🫥
“Así que, amiguitos, recuerden siempre usar su válvula de liberación emocional.”
A su vez, los sentimientos reprimidos generan un bucle de pensamientos 🌀 lo que a su vez refuerza el sentimiento reprimido.
Todo esto se vuelve un círculo vicioso que enturbia la mente.
Por eso la válvula de liberación es clave, y eso es justamente lo que descubrí cuando hice catarsis en esa carta y luego la arrojé al fuego 🔥
Sin saberlo, estaba usando una técnica legendaria que incluso ayudó a Abraham Lincoln durante su presidencia por la abolición de la esclavitud en Norteamérica.
Las Cartas que Lincoln Nunca Envió
En 1863, durante la Guerra Civil de los Estados Unidos, hubo una batalla clave: la famosa Batalla de Gettysburg.

Este enfrentamiento entre la Unión y los Confederados representaba la oportunidad de terminar la guerra de una vez por todas, y el presidente Abraham Lincoln lo sabía.
El Presidente ordenó al General George Meade, a cargo de las tropas de la Unión, que una vez que derrotaran a los confederados, atrapara al enemigo, Robert E. Lee.
La batalla duró tres días y la Unión se declaró victoriosa. Sin embargo, por un error de Meade, Robert E. Lee logró escapar.
Lincoln estaba re caliente, imaginate.
Así fue que se dispuso a escribir una carta dirigida al General Meade.
No era precisamente una carta de felicitaciones. Más bien, todo lo contrario: lo culpaba de que la guerra se prolongaría por su error, y esto costaría la vida de miles de personas.
Digamos, lo bardeó fuerte.
“Queridísimo General Meade…”
Afortunadamente, Lincoln nunca mandó esta carta.
La dejó guardada en el cajón de su escritorio, y volvió a leerla días después con sus emociones enfriadas.
Como solía sucederle con este tipo de cartas, Lincoln se arrepentía de la mayoría de los insultos que había escrito.
Así que selló su carta con un “Never Sent”, y la guardó en una caja con el resto de cartas no enviadas (sí, tenía muchísimas).
El General Meade nunca recibió esa carta, y sirvió fielmente a Lincoln hasta su muerte.
Abraham leyendo sus cartas de la semana anterior
Lincoln llamó a esta técnica Hot Letters (Cartas Calientes), y fueron una herramienta crítica durante su presidencia en la guerra civil.
Era consciente del daño potencial que las palabras podrían causar, muy superior a la satisfacción que obtendría por “enseñarle una lección” a sus Generales.
❝
Puedes conocer la grandeza de una persona por aquello que lo enfada.
Abraham Lincoln
Muchas veces, el enojo se apodera de nosotros y podemos llegar a decir cosas irremediables.
Podemos dañar una relación de largo plazo
solo por actuar bajo una emoción de corto plazo.
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Beneficios de las Cartas Calientes

Las Cartas Calientes son una poderosa herramienta que nos permite expresar o liberar esas emociones profundas sin herir a nadie.
Su propósito es doble.
👉 Por un lado, sirve como catarsis emocional:
una forma de desahogarte con esa persona sin las consecuencias de una verdadera confrontación.
Te permite sacar lo que realmente sentís de la situación.
Es liberador.
👉 Por otro lado, es una catarsis estratégica:
una forma de tomar distancia de las emociones del momento, dándote perspectiva y ordenando tus pensamientos.
Es organizador.
❝
Las cartas calientes hacen bien al escritor sin hacer ningún daño al destinatario.
Mark Twain
Es posible que después de escribir una carta caliente aún queden cosas por conversar y resolver con esa persona.
Pero, si previamente ordenaste tus pensamientos (y liberaste tus emociones), la confrontación se vuelve mucho más fluida.
Madurás tu discurso.
Transformás la discusión en un diálogo.
Liberación Emocional = Claridad Mental
Goodbye, Neurosis.
La liberación emocional que sentimos después de escribir una Carta Caliente, no solo repercute en el conflicto en cuestión, sino en nuestra vida en general.
Cuando escribimos lo que sentimos, entramos en un proceso llamado descompresión. La presión que se venía acumulando por la represión, comienza a disminuir a medida que vamos soltando.
Es el equivalente a ir abriendo la válvula de la olla 🧖♂️
👉 la respiración se calma.
👉 la visión mejora.
👉 las expresiones del rostro se relajan.
Nos sentimos más livianos. Ya no estamos tan enojados.

Cómo Escribir una Carta Caliente
Ahora sí, pasemos a la metodología ideal para escribir una buena Hot Letter 🔥
Nota:
NO necesitás escribir esta carta en papel (aunque escribir en papel es terapéutico y altamente recomendable) ✍️
También podés usar tu teléfono o tu compu 🤳🏻🧑💻
Yo tengo una sección llamada Kenchi Letters en la app de Notas de mi teléfono*
*(y espero que nunca nadie acceda a ellas).
Reservate entre 5 a 10 minutos para el siguiente ejercicio:
Paso 1 🙇
Pensá en una situación en la que te hayas quedado con cosas sin decir y que aún siguen dando vueltas en tu cabeza. Puede ser una discusión, una actitud, un comentario, o cualquier situación.
Mantenela en mente durante unos dos o tres minutos. Trae la emoción que esa situación te genera, dejala que suba a la superficie 🐬
Paso 2 📜
Abrí la app de notas, un cuaderno, o un chat de WhatsApp con vos mismo.
Paso 3 ✍️
Empezá a escribir. Hacelo sin filtro, decí todo lo que querés decir. Sacá todo eso que no dijiste en su momento. No te reprimas ni juzgues nada.
Insultá, quejate, gritá… dejalo que salga.
Paso 4 🧘🏻
Cuando sientas que no hay más nada que decir, firmá el texto.
Ahora respirá.
Podés sentirte así mientras escribís, y eso está muuuy bien.
Ahora tenés 2 opciones para terminar la Carta Caliente:
Opción I – Método Let It Be
El método de Lincoln. Deja la carta o mensaje reposando algunos días y volvé a leerla más adelante. Quizás después de hacer esto, quieras reescribir una nueva carta o un nuevo mensaje con las emociones más frías y la mente más serena.
Opción II – Método del Acto Psicomágico
Si la carta caliente es muy intensa (a esas yo le llamo kenchi letter), te recomiendo el siguiente método.
Consiste en “enviar” la carta y sacártela de encima.
Como expliqué antes, mi acto psicomágico con T. fue tirar la carta al fuego. No hace falta que hagas eso (aunque el fuego puede ser un elemento transformados muy poderoso si está a tu disposición).
Por ejemplo, si lo hiciste en digital, puede ser igual de potente “enviar” el mensaje a un mail falso (ej: ricardo@sosunimbecil.com).
“Para vos, Ricardo.”
En cualquiera de las dos opciones, le estás permitiendo a la emoción seguir su curso, y de esta manera estás liberando tu mente de la neurosis y de los pensamientos en bucle asociados a esa situación.
Esto mejora ineludiblemente la relación con tus emociones y con tu mente, y por lo tanto, con tu manera de actuar en el mundo.
Conclusión
“Unallowable frankness & freedom”, diría Mark Twain
Espero que hayas visto el poder de las Cartas Calientes.
Yo las considero una herramienta esencial para mis relaciones.
Es un truco muy fácil para liberar rapidamente emociones bloqueadas, entender nuestros sentimientos y ordenar nuestros pensamientos; dando como resultado una mayor claridad mental.
Te invito a escribir una Carta Caliente esta misma semana.
Si tenés algo que decirle a alguien (tu jefe, tu pareja, tus padres, tus hijos) y todavía no encontrás lugar para decirselo…
escribí una Carta Caliente en lugar de mantener esa conversación en tu cabeza 🙇
Recordá no guardarte nada (nadie jamás va a leerla jamás).
Tu mente después de plasmar tu sentir.
Contame tu experiencia:
Después de probar las Cartas Calientes,
me encantaría saber cómo te fue.
Estoy recolectando testimonios de lectores que implementan las herramientas que comparto, así que si lo probaste y te funcionó (o no), te pido que me lo cuentes respondiendo este correo
o escribiéndome por Instagram.
Hasta aquí llega el Newsletter de hoy.
Espero que esta lectura te haya inspirado a probar el poder de las Hot Letters 🔥
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