La felicidad NO está donde pensás
Pero está mucho más cerca
Tiempo de lectura: 10 minutos.
Siempre pensé que la felicidad era algo externo. Algo que tenía que alcanzar.
Algo que no venía “de fábrica”.
La veía como un resultado de hacer o conseguir ciertas cosas:
- Un título universitario.
- Una relación estable.
- Un buen trabajo.
- Viajes, experiencias, objetos.
Y claro: comprando cosas (muchas cosas).
Pero me di cuenta de algo.
Cada vez que alcanzaba una meta, experimentaba placer. Incluso podría llamarlo “plenitud”.
Pero al poco tiempo, esa sensación se esfumaba y era reemplazada por una nueva necesidad. Una nueva zanahoria. 🥕
Y después del placer, aparecía el vacío.

Cuando empecé a notar este patrón y lo hablé con amigos, me di cuenta de que no estaba solo.
Todos parecían pensar que al llegar a sus objetivo se sentirían felices.
- Cuando hagan ese próximo viaje ✈️
- Cuando por fin den su presentación de tesis 🎓
- Cuando les llegue su nuevo auto 🚘
- Cuando terminen su su mudanza 🏡,
Pero una vez que alcanzaban esa meta, se daban cuenta que la felicidad no estaba ahí.
Era como vivir un videojuego donde solo hay checkpoints, pero ningún destino final.
La Falacia de la Llegada
Esto tiene un nombre: La Falacia de la Llegada.
La ilusión de que cuando logremos X meta, alcanzaremos la felicidad duradera.
Pareciera que venimos con un chip que nos dice: “Si logro esto, entonces seré feliz.”
Y en parte, tiene sentido. Este mecanismo nos hizo evolucionar. Sin una razón para avanzar, no habría progreso.
Pero el problema es que, en el afán de perseguir ese futuro, nos olvidamos de vivir el presente.
Y el presente es lo único que tenemos.
Placer no es lo mismo que Felicidad

Por mucho tiempo confundí placer con felicidad.
Hasta que noté algo:
Había cosas que me daban placer, pero no necesariamente me hacían feliz.
Ejemplo: una noche de fiesta puede ser placentera, pero al día siguiente, no necesariamente me siento feliz.
El placer es un resultado. La felicidad es un proceso.
Como dice el dicho:
“La vida no se trata de buscar felicidad, sino de vivir la felicidad de buscar.” 👀
Es el camino, no el destino.
Y hay tres definiciones que cambiaron mi perspectiva sobre la felicidad.
1) Conciencia de Crecimiento
Alexander Lowen, creador de la Bioenergética, la define como:
La felicidad es la conciencia del crecimiento.
Me gusta porque pone la felicidad en nuestras manos. No depende de algo externo.
Para Lowen, el crecimiento es expansión. Y cuando somos conscientes de esa expansión, sentimos felicidad.
Por eso la felicidad no está en los resultados. Sino en el proceso.
2) El Poder de la Interpretación
Mihaly Csikszentmihalyi, autor de Flow, dice que:
- La felicidad NO es algo que sucede.
- No es el resultado de algo.
- No se compra.
- No depende de acontecimientos externos.
Depende de cómo interpretamos lo que nos pasa.
Los estoicos lo dijeron hace 2000 años:
“La felicidad depende de la calidad de los pensamientos.”
(Marco Aurelio)
“No podemos controlar el mundo externo, pero sí cómo respondemos a él.”
(Epicteto)
O como lo explicó Viktor Frankl, quien sobrevivió a campos de concentración:

“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestra libertad para elegir.”

No es lo que pasa. Es cómo lo vemos.
3) Expectativas vs. Felicidad
Las expectativas cambian la satisfacción.
- Si esperás que tu abuela te regale $100 y te da $10, te decepcionás.
- Si esperás $5 y te da $10, te alegrás.
Misma realidad, distinta interpretación.
James Clear lo explica así en Hábitos Atómicos:
“Una experiencia promedio con altas expectativas es una decepción. Una experiencia promedio con bajas expectativas es un deleite.”

Bajar expectativas mejora la experiencia.
O como me dijo mi amigo Elio:
“Si no esperás nada de nadie ni de nada, todo se vuelve grandioso.”
Recapitulando…
- La felicidad no está en el futuro. Solo puede experimentarse en el presente.
- No es un resultado, es un proceso.
- No es lo mismo que placer.
- No depende del exterior, sino de nuestras interpretaciones.
- Se siente cuando somos conscientes de nuestro crecimiento y expansión.
Y ahora, algunos pequeños cambios que pueden marcar una gran diferencia en nuestros niveles de felicidad:

10 Micro-Hábitos para una Vida Más Feliz
- Dar sin esperar recibir. 🫴
- Vivir sin expectativas (o reducirlas al mínimo). 🍃
- Hacer las cosas de corazón. 🫶
- Facilitar la vida de otros (sin comprometer tu bienestar). 🫂
- Recordar que siempre estamos donde tenemos que estar. 🏔️
- Interpretar todo a nuestro favor. 🦅
- Sentirse bien con uno mismo. 😙
- No juzgar (y si juzgamos, no juzgar el juicio). 🌚
- Soltar la necesidad de control. 🙌
- Confiar en que todo es perfecto tal y como es. ✨

Esto es solo el comienzo.
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Nacho
Versatilistas