La Trampa de las Buenas Intenciones
(y porqué a veces tu solución empeora tu problema)
Tiempo de Lectura: 8 minutos
¡Buen domingo!
Espero que anden muy bien.
Hoy quiero ser honesto (alguna vez no lo soy?): este Newsletter lo estoy escribiendo a último momento.
Es domingo al mediodía, y recién estoy comenzando estas líneas, por lo que seguramente este correo les llegará a la tarde.
Tengo buenos fundamentos para mi demora (como por ejemplo, estuve pintando mi casa), pero como diría el escritor francés Stendhal, quien se excusa se acusa.
Así que mejor pasemos al tema de hoy, que si bien será cortito, contiene una historia muy curiosa que podría dejarnos una valiosa lección.
Un Problemas de Soluciones Bien Intencionadas

Quiero contarles una historia sobre cobras en la India 🐍
Durante la ocupación británica de India, las calles de Delhi estaban infestadas de cobras venenosas. Las serpientes se deslizaban por callejones y jardines, y ponían en peligro la vida de todas las personas que circulaban por la ciudad.
Los ciudadanos vivían con miedo y el gobierno británico necesitaba actuar rápidamente para resolver esta crisis reptiliana.
Un Plan Ingenioso
“Tengo una idea…”
Para combatir esta amenaza, el gobierno británico ideó un plan aparentemente brillante: ofrecer una recompensa a sus habitantes por cada cobra muerta.
La lógica era simple: si las personas capturaban y mataban las cobras por sus propios medios, el gobierno se ahorraría los costes del operativo, a su vez que el número de serpientes disminuía y la ciudad se volvía más segura.
“This is a win-win”, pensó el gobierno británico.
Y al principio el plan pareció funcionar a la perfección.
Los ciudadanos se la pasaban cazando cobras, como gambusinos buscando pepitas de oro a la orilla del río. No hacían otra cosa más que pensar en cobras. Cobras esto, cobras lo otro.
Estaban como Homero en el Día del Garrote.

Así los ciudadanos comenzaron a llegar a las oficinas del gobierno con un puñado de cobras muertas en la mano, y se iban con un puñado de platita en sus bolsillos.
La caza de reptiles se volvió tan irresistible que muchas personas renunciaban a sus trabajos con tal de aventurarse en esta redituable actividad.
No fue un buen momento para las cobras
La recolección de cobras se convirtió en una verdadera fiebre, lo que terminaría por desencadenar consecuencias que el gobierno británico nunca vio venir.
Cobrar por Cobras, un Negocio Familiar
Family Bussiness 🐍
Luego de varios meses buscando serpientes, algunos ciudadanos ingeniosos pensaron:
¿Y si en lugar de salir a cazar cobras… mejor las criamos y luego las matamos para cobrar la recompensa?
Una idea cruel para las cobras, sí, pero altamente lucrativa para los emergentes “emprendedores” de Delhi.
Así, los criaderos de cobras se popularizaron a medida que los dueños se enriquecían.
Cobras = Riquezas
Cuando el gobierno se dio cuenta de esta trampa, salió a dar un comunicado general: a partir de ese momento se cancelaba el programa de recompensas.
Ya no se pagaría más por cobras muertas.
Los criadores, que ya no veían motivos para seguir con sus criaderos, soltaron todas sus cobras, resultando en una población de serpientes aún mayor que al principio.
El día después de la cancelación de recompensas
A este fenómeno se lo conoce ahora como el “Efecto Cobra”.
El Efecto Cobra es un ejemplo clásico de cómo a veces las soluciones bien intencionadas pueden empeorar un problema si no se consideran todas las posibles consecuencias.

También se puede relacionar esta ley con la Ley de Goodhart.
La Ley de Goodhart:
“Cuando una medida se convierte en un objetivo, deja de ser una buena medida.“
A veces las soluciones, por más bien intencionadas que sean, pueden empeorar el problema si no se consideran todas las posibles consecuencias.
¿Qué podés aprender sobre el Efecto Cobra?

El Efecto Cobra nos invita a examinar nuestras intenciones y acciones con una lupa más crítica 🕵🏻
¿Cuántas veces tomamos decisiones pensando que van a ayudar a un problema, y al final terminan generando el efecto opuesto?
Esto es especialmente cierto cuando intentamos ayudar a alguien que no pidió nuestra ayuda, metiendo nuestra cuchara en su vida..
aunque claro, con buenas intenciones 😇
Ayuda no solicitada ¡problema asegurado!
Recordar también: el consejo que le das al otro, suele ser el que vos estás necesitando.
Por ejemplo, supongamos que querés comenzar a hacer ejercicio.
👉 Tus intenciones son buenas (hábitos más saludables).
Ahora supongamos que la medida que tomas para establecer ese nuevo hábito es “entrenar todos los días, dos horas por día”.
A priori puede parecer una buena idea. Según la lógica, estás avanzando más rápido hacia un cuerpo saludable.
Hackeé el sistema, Jack.
Pero si entrenás así durante dos semanas, vas a terminar agotado. Posiblemente ahora necesites una semana entera de descanso para recuperarte antes de volver a pisar el gimnasio.
Se puede decir que la medida que tomaste (con la mejor de tus intenciones), terminó jugándote en contra.
Caíste en el Efecto Cobra 🐍
Cómo evitar el Efecto Cobra
Ay Dios mío!
El Efecto Cobra nos enseña que “las buenas intenciones” no bastan.
Muchas veces necesitamos analizar nuestras acciones, a pesar de ser bienintencionadas, para prever posibles consecuencias.
Pero ojo, tampoco buscamos sobreanalizar.
Queremos evitar entrar en un estado de duda, y caer en la parálisis por análisis (como la analogía del Burro de Buridán).
Lo que sí queremos es dar un segundo pensamiento a nuestras acciones antes de darle luz verde.
Le di luz verde.
En mi caso, cuando estoy por actuar con las mejores intenciones, intento hacerme alguna de las siguientes preguntas:
- ¿Por qué estoy haciendo esto?
- ¿Qué espero lograr con esta acción?
- ¿Se solicitó explícitamente mi ayuda para esta situación?
- ¿Cuáles podrían ser las consecuencias no intencionadas de mi accionar? ¿Es posible evitarlas?
- ¿Qué alternativas no consideré?
- ¿Cuáles son las consecuencias de segundo o tercer grado con esta decisión?
- ¿Qué me dice mi intuición al respecto?
Conclusión
Más allá de las buenas intenciones, conviene reflexionar unos segundos si lo que estamos por decir o hacer, va a ayudar realmente.. o si existe la posibilidad de que genere el efecto opuesto.
Recordemos esto: las buenas intenciones son claves, pero no son suficiente para asegurar una buena acción.

Y hasta aquí el Newsletter de hoy.
Espero que las reflexiones sobre el Efecto Cobra te den una nueva perspectiva sobre cómo tomar decisiones más conscientes y efectivas.
Te invito a aplicar estas preguntas en tu vida diaria y a reflexionar brevemente sobre tus acciones para accionar de manera más clara y acertiva.
¡Probalo esta semana!
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Hasta la semana que viene!
Nacho
Versatilistas